La importancia de hacer un doble click
Rodrigo Aravena Economista Jefe Banco de Chile
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Rodrigo Aravena
Durante las últimas dos semanas se ha publicado una cantidad importante de informaciones económicas, entre ellas el crecimiento en abril y un nuevo IPoM con la visión del Banco Central para este año y el próximo. Vimos una serie de comentarios del tipo “relativamente en línea con lo esperado”, en el caso del Imacec, y muchas opiniones del tipo “un IPoM sin grandes novedades”. Si bien dichas afirmaciones son ciertas, creo que es necesario mirar en detalle esta información y hacer un “doble click” a lo que hemos conocido. Probablemente tengamos muchas más cosas que decir.
En particular, un análisis más detallado nos permitiría ver que la economía chilena está experimentando un debilitamiento cíclico incluso algo más fuerte de lo que pensábamos. Y como hace algún tiempo no ocurría, toda la información es convergente para llegar a la misma conclusión. Específicamente, es importante tener en consideración dos grandes aspectos.
Primero, si bien es cierto que la economía creció en el margen y que la expansión anual de 0,1% estuvo en línea con las expectativas del mercado, se debe prestar especial atención a la evolución del PIB no minero, que ha presentado señales adicionales de deterioro. En el último trimestre móvil, este grupo de sectores presentó un crecimiento promedio de solo 1%, bastante por debajo del 1,2% y del 1,7% registrado durante los dos trimestres móviles previos. Si bien la paralización de Escondida fue el principal motivo de la abrupta desaceleración en el primer trimestre, estas cifras sugieren que no fue la única. De esta manera, no resulta descartable que una vez que se normalicen plenamente las actividades en el sector minero no haya una recuperación muy robusta.
Un segundo elemento en el que vale la pena detenerse es el detalle de las proyecciones presentadas por el Banco Central en el último IPoM. Si bien no hubo un cambio dramático en la estimación de crecimiento para 2017, no debe pasar inadvertido el hecho de que, en términos netos, estamos nuevamente ante un cuadro donde existe una leve mejora en las perspectivas de los socios comerciales, frente a un deterioro en las perspectivas locales (divergencia que también fue observada en el IPoM de marzo). Si bien es cierto que cada día parece más probable que crezcamos menos este año, esa discusión no es la relevante. Lo importante es que hay variables internas, distintas a la minería, que están explicando parte importante de la caída en el crecimiento del PIB. El hecho de que la inversión haya sido el componente de la demanda con la mayor reducción en las estimaciones refleja, al menos en parte, la importancia de los factores locales.
Sin embargo, este mismo “doble click” a los datos permite identificar algunas señales alentadoras, que podrían estar sugiriendo la posibilidad de mejoras en el futuro. Si bien sabemos que el ciclo minero nos ayudó mucho en el pasado, sabemos también que la falta de éste nos pondrá la pista más pesada en el futuro, haciendo necesario que otros sectores compensen al menos parte del deterioro de la minería. Pero elementos como la caída en los niveles de desocupación en el centro sur de Chile -zona que guarda estrecha relación con actividades distintas a la minería-, como la recuperación en el margen de algunos grupos de exportaciones industriales y de alimentos, sugieren que la depreciación cambiaria ha tenido un impacto positivo en algunos sectores.
Es fundamental estar conscientes del debilitamiento que ha presentado la economía chilena y de la importancia de los factores locales en este ciclo. Lograr un crecimiento igual o superior al del año pasado implica una recuperación no despreciable en los próximos meses, que no está del todo asegurada. Como he mencionado en otras columnas, impulsar la confianza local, despejar dudas estructurales sobre el modelo de la economía y poner foco en el crecimiento como elemento central en la discusión de las políticas públicas, contribuirán -junto a muchos otros elementos- a mejorar las tasas de crecimiento en el futuro.